Buenas, soy Jotapé y me gusta reflexionar.
Qué rollo esas despedidas que no querrías que nunca pasaran, ¿verdad? Pero
pasan.
A los que te gustaría despedirte con un hasta el año que viene o, mucho
mejor, hasta siempre (siempre y cuando solo sea una distancia física, claro), no
suele pasar, no… siempre es a lo contrario de lo que uno quiere…¡¡JODIDO KARMA!!
Aunque también es lo normal, que a esas personas que ves de año en año, pues
los encuentros son de lo más esperado, que se disfrute mejor ¿verdad?
Lo jodido, como padre, es cuando ves lo que llegan a disfrutar tus hijos y
cuando ves que te dicen con su característica sinceridad que porqué con los que
preferirían estar a su lado están lejos y los que están cerca, les importaría
poco que estuvieran lejos. Hijos míos: ¡¡Bienvenidos a la realidad!!
Y es así. Por varios motivos me inunda una tristeza. Pero por varios motivos.
Motivos que no voy a dejar aquí plasmados y así os dejo con la intriga hasta el
capítulo siguiente. Quería hacer una entrada con un poco de ironía mezclado con
un humor ácido pero creo que aquí voy a dejar esta entrada.
¿Qué respuestas les puedes dar a tus hijos cuando piden estar con alguien
pero ese alguien no tiene ningún interés en que eso ocurra? Bueno, ese alguien
SÍ que quiere estar con tus hijos pero la parte responsable-paterna es la que no
pone el interés que quieren tanto sus hijos como los míos. ¿Porqué? No lo sé.
Como fachada todo es muy bonito y precioso y hay muy buen rollo. Pero creo, que
como en todo, es fachada.
Es obvio que cuando se juntan con personas que sí que quieren estar con
ellas, o sea que el interés es común, pues se nota que disfrutan como nunca los
ves disfrutar. Ver a los hijos como están de ilusionados, motivados y con muchas
ganas y expectativas y que tú hagas lo posible para que así sea, pues da mucho
orgullo como padres. En este caso hablo de mi mujer y de mí. Ambos ejercemos la
misma ilusión y ganas en qué eso ocurra.
El otro día, reflexionando (oh, qué raro, Jotapé reflexionando) pensaba en
algunos aspectos familiares. Preguntas que me hice a mí mismo.
Justo en ese momento, me di cuenta de una realidad que, a mí, me dolía mucho
y pensé en cómo le podía doler a la persona afectada en concreto. ¿Qué puedes
esperar de un familiar que ha dado más importancia a una persona de fuera que a
su propia familia? Pues imaginad. Y así, en todo. Vivimos rodeados de fachadas y
fachas, nunca mejor dicho y es lo que nos ha tocado vivir. ¿El Karma? Pues
seguramente. En definitiva, he llegado a la conclusión de que algo malo hacemos
y el resto son los buenos de la película. No hay más. A comérmelo con patatas
fritas.
En fin. Mañana más y peor.
Saludos.
Jotapé
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