El misterioso caso del cómic de Mortadelo y Filemón

Salió al mercado el nuevo cómic de señor Ibáñez, haciendo referencia al caso del tesorero del PP y me agradó la idea (como a mucha otra gente) de tenerlo en mis manos.

Como se acercaba mi santo decidí dejar rastro por mis redes sociales para que mi familia no tuvieran que pensar mucho en qué regalarme. Vamos, que lo tuvieran chupado. Pero no cogieron las indirectas enviadas por todas mis redes sociales y el día de mi santo, no tuve el correspondiente cómic. Como no, hice mi comentario sutil de “Esperaba el cómic”. Sí, soy así de sutil, qué le vamos a hacer! A lo que mi hijo me dijo que me lo quería comprar porque me dice que siempre estoy atento a todo lo que quieren los demás, y que me lo merecía. Le dije que no se preocupara, que para otra vez, ya compraría otra cosa. Y ahí quedó la cosa.

Días después, yendo de compras con mi hija se me ocurrió mirar en la sección de libros y allí vi el último ejemplar en la tienda… el último!! Pues por todos los sitios dónde había ido a mirar, ya estaba agotado y esperaban a que trajeran más. E incluso se agotó la segunda edición.

Total, que pensando, pensando (porque a veces pienso y reflexiono!) me decidí cogerme el cómic. Me lo embolsé, y para casa con él!!

Al llegar a casa, el niño me lo quería pagar y la niña se presentó en el comedor con el dinero en la mano. A lo que les dije que no, que me lo había comprado yo.

Me siento con mi cafelito, me abro el cómic y a eso que llaman a la puerta de arriba. Joder! Mi momento tranquilo estrenando el cómic y ya me empiezan a molestar. El niño se levanta y mira por la mirilla y me dice que parece un hombre de correos. Jopetas Jotapé, vamos a levantarnos. Total que me abroché el pantalón y el cinturón (voy así por la casa, qué le vamos a hacer) y me  dispongo a abrir la puerta.

Efectivamente, un señor andrajoso, el cual decía que venía de correos, se presenta, pregunta por mí y me dice que tiene un paquete para mí. Para los obscenos, dejaros a un lado el comentario del paquete que os veo venir. Rápidamente le firmo en la maquinita esa tan mona que llevan ahora todos los que envían cartas y paquetes y agarro el paquete del hombre, bueno, el mío, ahora ya era mío, pero el paquete físico el que traía, o sea… da igual!!

Pues entro para casa. Me quedo mirando de quien viene. Un tal Miguel me envía el paquete. ¿Qué habrá dentro? Con cara de pasmado me siento de nuevo en el sofá, aparto el cómic de Mortadelo y Filemón recién estrenado y el cual he tenido que dejar a un lado por un momento mientras intento abrir y descubrir qué hay dentro del paquete que ha traído el señor andrajoso de correos. Lo empiezo a palpar intentando adivinar a ver qué puede ser. Parece una tabla, parece un dibujo, parece, parece… y se me enciende la bombilla al tocar un lado del objeto que hay dentro del paquete, parece, PARECEEEE…

 

 

Sí… otro cómic de Mortadelo y Filemón!!! Pero… ¿Porqué? ¿Porqué? ¿Porqué me pasa eso a mi? Ya podía haber venido el cartero antes de irme de compras!! Me hubiera ahorrado el tener que comprarme el cómic!! En fin, como lo acaba de comprar, me dispuse a devolverlo. Más que nada porque ya que me hizo el regalo, quería que fuera el único cómic del cual disponía. Al final, todo quedó en una anécdota más en mi vida.

Agradecer a Miguel Lopez Casellas el detalle, el cual me gustó mucho y mira, otra historia más que contar en mi vida.

Moraleja: esperaros un poco más para compraros algo que queráis, puede que haya alguien que te lo ha enviado!! jajaja.

Misterio resuelto!

 

Nos vemos en la siguiente entrada!!

Y por supuesto, ya me lo he leído!!

Saludos,