Es muy fácil dejar esa responsabilidad única y exclusivamente a los profesionales de la educación. Pero la educación no se acaba cuando suena el timbre clásico de campana que nos indica que se han acabado las clases y ya podemos volver a casa. No. La educación sigue después del timbre y hasta que vuelven al colegio con la única diferencia que entonces nos toca a nosotros, los padres, seguir educándolos.
Hoy han habido las votaciones para el consejo escolar tanto en la escuela de nuestra hija como en el instituto de nuestro hijo. Tanto en un sitio como en el otro, la participación por parte de los padres es casi nula. Y no lo digo por ir a votar (que también lo ha sido), sino en lo más importante: candidatos para el consejo. Si no hay voluntarios, candidatos o vocacionales, pues no hay consejo. ¿Y qué es el consejo escolar? Pues el equipo formado por director/a, profesores, miembros del AMPA y padres y, en el caso de los institutos, los delegados del instituto. Juntos encaminan las directrices para poder educar a nuestros hijos y no sólo educarlos, si no solucionar los problemas que podrían derivar durante un curso escolar.
Me pregunto si es tan poco importante para los padres la figura del consejo escolar. Me gustaría lanzar un llamamiento de esperanza para todos aquellos padres que no se involucran para que reflexionen y recapaciten de la importancia y de la pérdida de oportunidad que están teniendo en no participar en algo tan importante como en las decisiones que repercutan en sus hijos/as, tanto en el colegio como en el instituto.
Ahí dejo mi reflexión de hoy.
Saludos!!
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