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Diario personal jotapeniano

domingo, 26 de octubre de 2014

Recuerdos (mi abuela)

 

Entrando por la puerta, después de haber estado corriendo con la bicicleta como ave libre, ahí está mi abuela esperando para darme mi bocadillo enorme. Un bocadillo con tomate untado de los que hace ella en conserva. Durante días, ha estado  pelando tomates, poniéndolos en grandes perolos (cubos de acero) para después ponerlos en botes de vidrio, taparlos y ponerlos en una gran cacerola llena de agua y ponerlos al fuego (baño María). Ese tomate tan rico lo unta en el pan y me pone salchichón pamplonica, el que más me gusta. Mi tía me dice  que sólo lo traen para mí pues, en el pueblo, nadie más lo compra.

Por las noches, somos los únicos que quedamos despiertos. Me tumbo y pongo mi cabeza en su regazo mientras lo va acariciando. A través de su contacto, no hace falta que diga nada más. Es suficiente.

Es capaz de defenderme con capa y espada ante cualquier ataque que pueda recibir por parte de nadie. Es mi ángel que me protege de todo y ante todo. Tres meses de verano, es el tiempo intenso que tenemos para recuperar los otros 9 meses perdidos del año.

Todo ello son recuerdos. Recuerdos que aun mantengo en mi interior. Pero una pena me corroe por dentro. ¿Dónde está el resto del tiempo, el resto de recuerdos? Me temo que el tiempo va borrando o, dejando a un lado de mi cerebro, durmiendo, el resto de mi vida con ella y, eso, me preocupa. Pues no quiero que se borre. Ojalá mi abuela hubiera escrito un “diario” como lo que yo voy dejando aquí escrito y pudiera ver todo aquello que pasara por su mente.

Tengo una opción en la cabeza que creo que alguna vez anterior ya había pensado pero todavía no quiero decir nada.

¿Porqué me vienen esos recuerdos ahora? No sé…. quién sabe. Mi mente es así. Pero está claro que algo tengo que hacer y que no me puedo quedar con los brazos cruzados. Mis recuerdos no se pueden borrar. No debo dejar que eso pase. Quién sabe, a lo mejor , desde ahí arriba, está ella apartando los malos espíritus de mi lado. Está claro que algunos son duros de roer, pues los tengo rondándome. Pero seguro que lo está intentando.

Un beso!!

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Mis abuelos paternos…

4 comentarios:

  1. Sip! Los recuerdos de mi única yaya!! Y además, era la yaya de toda la urbanización dónde vivía!! No sé porqué, pero todos le decían Yaya. Como si fuera la abuela de todos!! Creo que debería tirar adelante con el proyecto... pronto os contaré largo y tendido!!

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  2. ...
    Claro, cuando una yaya va donde sea y le pregutan: ¿Nombre?...¿Que responde?.....pues eso, Yaya :D jajaja

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  3. Pue si te digo la verdad, no sé porqué pasaba eso. Imagino que toda la familia incluida sus propios hijos/as, yernos, nueras, los verdaderos nietos como le llamábamos Yaya, pues se le quedó. Recuerdo todos los vecinos que le llamaban Yaya. Sólo había una mujer, que era amiga suya, que le llamaba por su nombre. El resto siempre.

    Son situaciones raras o no se. Es como mi madre. Todos los del barrio la llamaban Señora Lola. Y mi tía que era más grande que ella, por su nombre a secas. Si me preguntas porqué, no te lo sabría responder. Llegué a preguntárselo una vez y tampoco sabía porqué. Ella cree que la que tenía la tienda bajo de casa le llamaba así. Fue con la primera que hizo migas y a partir de ahí, pues todos los que iba conociendo la iban llamando así.
    Otro dato curioso, era en la familia dónde ella trababa. Los dueños y sus hijos también le llamaban así. Aun me encuentro con gente del barrio que cuando me ven me dicen: ¿Siempre pienso qué será de la señora Lola?
    Mi abuela era muy curiosa, no era de sus tiempos y vivía la vida de diferente manera. Cuando le preguntaban por algo siempre respondía con mucho cachondeo. Un humor que no aceptaban sus propias hermanas que se enfadaban con "el que dirán" pero ella respondía con "qué me importa lo que piensen!". o al menos, eso me contaba mi madre (que es su nuera, no su hija).
    Una vez mi madre me explicó que iban por la calle, mi abuela (rubia) y su hermana (morena) y una señora les preguntó que qué curioso que las dos hermanas fueran tan diferentes incluso en el color del pelo, tan exagerado. A lo visto mi abuela le respondió que ella era del butanero. A lo visto, su hermana se enfadó con ella por eso comentario por "el que dirán".
    También cogía con sus amigas y se iba a Benidorm a pasar una semana y mi abuelo en el huerto. Nunca se ha quedado en casa porque mi abuelo no quisiera ir con ella de viaje. Cuando le surgía la ocasión y mi abuelo no quería, pues se iba ella!! Según mi madre, no le frenaba nada, era muy fiestera.
    También al ser pueblo pequeño, pues todos se conocen y como eran muy sociables, pues se llevaba bien con todos. En fin... cosas que pasan... no tienen explicación racional!! jejejejee

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