Eso dicen…
Una de las cosas que inculco en mis hijos es que son hermanos y que eso está por encima de todo. Lo más importante es tener a tu familia: tus padres, tus hermanos, tus sobrinos…diría a tus abuelos, pero como ya no los tengo, pero también, también… parte fundamental en toda saga familiar. Que sería sin nuestros abuelitos que tanto nos han mimado, ¿verdad?
Me llega a sorprender cómo se puede no dar importancia a esa actitud con la familia. Como una madre, no se esfuerza en tener unos hijos unidos y que se tengan en cuenta. Sorprendente es que tú seas de los que montes comidas, quedadas familiares y eventos varios y cuando te cansas ya de ser el único mono y en el cumpleaños de tus hijos te digan: ah, pues haz como los “otros” que no hacen nada… ¿no se te rompe el corazón cuando ves que no le da importancia ni al cumpleaños de sus nietos ni a que sus hijos y sus nietos de tanto en tanto tengan sus momentos de fiestas, encuentros y demás? ¿Será que no se preocupa o que sí? De hecho, por esa regla de tres, no tenemos más relación de familia de tres o cuatro veces al año, no más. Y si vas menguando esas tres o cuatro, al final se queda en… ¿nada?
Al final se basa en que estás más tiempo invitando y de invitados con los amigos que con la propia familia. ¿no? Qué queréis que os diga, seré muy chapado a la antigua, pero en mi familia el roce familiar es así y así se lo inculcaré a mis hijos. Puedo aceptar que la gente quiera ser de esa manera pero creo que se gana más teniendo una familia más unida y que se tengan en cuenta que una familia tan separada y distante. Seguiré luchando por los ideales de familia que me inculcaron y los seguiré defendiendo a capa y espada.
A veces, cuando hay muchos intereses por medio, eso cambia bastante. Es más fácil no invitar y así no tienes que moverte para nada, ni ensuciar tu casa y así, es más importante tu sacrificio de un día a estar con tu familia. Durante muchos años, más de diez, yo he disfrutado con eso. Cierto que te da trabajo, la presión de que todo salga bien, los preparativos, etc. Pero qué queréis que os diga, reuniones familiares son reuniones familiares y valen la pena.
Otra de las cosas que más pena me dan son los niños. Que te digan “quiero ir a tu casa, quiero dormir en tu casa, díselo a mi madre” y ves que tienen esas ganas pero nadie les hace caso y achacan, los adultos tutores de los mismos, a “es que van a molestar” y por más que digo “no molestan, al contrario!” y ves que sigue todo igual… me da pena por ellos, porque tienen ganas y ves que no les hacen caso, que les cortan las alas, las ilusiones. Al final, la compañía que acaban teniendo mis hijos son la de sus amigos que son los que vienen a pasar el día, a comer, a dormir, etc. y, encima, que a mí me gusta que corran sus amigos por casa con lo que yo valoro la amistad, pues ya me dirás… todos más contentos que unas pascuas… menos la madre, que tanto alboroto la trastoca, jajaja… pero solo es de tanto en tanto, como yo digo!! vale la pena el esfuerzo…
Un día comentaba con una compañera que todo ha cambiado en la familia. Ella recordaba que estaba su abuela, sus padres, sus tíos y ella y su hermano con sus primos, y que ahora todo era diferente. Yo le respondí que no ha cambiado eso.. simplemente que quien ha cambiado de sitio o situación es ella. Si hacemos recuento, están: los abuelos, los hijos y los nietos… en ese momento anterior, ella estaba en la posición “nietos” y por eso, estaba con sus primos. Ahora, ha pasado a “hijos”, los “nietos” son sus hijos con los hijos de sus hermanos y sus padres han pasado de “hijos” a “abuelos”. La situación es la misma, sólo que ha ella ha cambiado de posición. Se quedó pensando y dijo: es verdad, no había caído en eso. Claro, ella echaba en falta a sus primos, como entonces.. pero los primos están, sólo que son primos de sus hijos.
Pero ya cuando faltan los abuelos, ya es difícil seguir enganchando a parte más lejana de la familia. Tu familia inicial ha ido derivando en diferentes nuevas familias con nuevos miembros.
Lo importante, es continuar reuniendo a ese grupo llamado familia pero, a veces, ya se hace complicado si no se busca un esfuerzo común. Sin esfuerzo común, se apaga le llama de esa vela y si no se repone, al final acaba por esfumarse.
Quería hablar del tema, porque hace tiempo que lo llevo pensando y, aunque se que no van a leer este blog ni esta entrada, me gustaría dejar claro que aunque mi madre tiene sus cosas, siempre será la única persona en este mundo que se preocupará de mí y la que sufrirá de verdad, como yo sufro por mis hijos. Aunque tenga nietos, sé que mis hermanos y yo, somos su debilidad. Y a mi hermano por hacerme sentir que estoy tan cerca de él aunque esté a muchos kilómetros de distancia. Ahora entiendo muchas veces aquellas reprimendas de mi madre: “¿has ido a ver a tu hermano?, que hace días que no vas y ya está mosqueado” y, entonces, veía un coñazo y ahora me doy cuenta de lo importante que es para una madre ver a sus hijos bien unidos. Aunque a veces se queja de que no se entera de nada, que todo nos lo hacemos entre nosotros. Y tiene razón!! jajaja.. pero es lo que nos ha inculcado y ahora… a las consecuencias!!! jajaja…
Por contra, me queda mi otro hermano, el mayor y mi padre. Los dos desconocidos en esta historia. A veces pienso que se avienen más los familiares cuando hay algunos que no lo están o se pierden por el camino. Te hace ver que lo único que te queda, mejor no perderlo, no? Jaja.. bueno, no es el caso. El hermano mayor, ni le conozco y a mi padre, menos. Pero eso es más largo de explicar.
De toda esta historia, me quedo con algo con lo que no tengo palabras cuando lo siento, y son esos abrazos que te dan tan fuertes tanto tus hijos como tus sobrinos a los que adoro con locura, porque son la pura inocencia y se, por la forma en que me abrazan (y luego me dicen al oído que se quieren venir a dormir a mi casa, jeje…), que saben lo que siento por ellos y, ellos, te corresponden. Y eso, no tiene precio alguno.